Pienso que todo me resulta, por enésima vez, extraño. Algo mágico, algo único, algo especial. Sensaciones que te hacen flotar libremente y te llevan al cielo para que puedas tocar el sol y tenerlo entre tus manos. Para sumergirte en un mundo de calor, anaranjado, sin quemarte. ¿Por qué? pregunta al sol .Lo encuentras todo maravilloso, algo que no se repite otra vez en la vida...
Aunque, a mí, ni falta me hace ir a ese mundo. Porque en ti he visto la luz, en tus ojos. En la mirada, que es lo que más se sobresaltaba de ti. No sé cómo pude tener dudas sobre ti... se me había olvidado lo especial que eras para mí (y lo sigues siendo). Ya no hay forma ni de que te aborrezca, porque si alguna vez te insulto sé que no es con la peor intención para ti y para mí. Las críticas no las hago en serio, pero no las puedo evitar.
No tengo muy claro si te amo o no. Lo que si sé es que te quiero muchísimo, más de lo que toda la gente pudiese pensar. Te adoro como a nadie había adorado, te admiro y me encanta tu forma de ser. Me gusta tus reacciones, tu silencio y tu forma de hablar. ¿Cómo podría olvidar aquellos momentos contigo, a cámara lenta?
Tranquilo, que si me olvido algún día de ti, mi subconsciente me vuelve a recordarte y vuelve a aparecer la magia que a veces se esfuma. Me pregunto si es cosa del destino, o si todo es casualidad, pero ya no creo en la casualidad... ¿Cómo podría olvidarte?, es un querer y no poder. Cosa que ya me da igual, porque he asumido que nada puedo hacer, excepto quedarme de brazos cruzados y fracasar y esperar a que el tiempo pase. El tiempo lo cura todo, ¿no?. Pues espero que así sea.
A ti, no te podría olvidar. A no ser que tuviera alzheimer... pero algo que está tan sellado permanente en mi corazón como tú, dudo de que pudiese olvidarte. Pasará el tiempo y no te demostraré mi gran querer que tengo hacia a ti, pasará y no te daré ni las cartas que he escrito por ti. No creo que ni pudiese mirarte a los ojos si te las diese, no... no podría. No es tan fácil declararse y saber, por narices, que vas a ser rechazado. No, no es tan fácil. Más bien al contrario... si me pudiese declarar no sería con palabras ni con cartas. Basta que te coja de la mano para ir al centro de mi corazón y volar, como en tantas ocasiones he dicho, a tres metros sobre el cielo. Ya sabes... donde viven los enamorados.
Si de algo me alegro es de que he tenido la suerte de haberte conocido y de haber tenido sensaciones tan reales y tan especiales y de momento, sólo las he sentido contigo. Es un hecho que me hace sentirme orgullosa, no sé por qué, no me preguntes que no lo sé.
No olvidaré las miradas, aunque fuesen unas milésimas de segundo en las que tus ojos se encontraron con los míos. No, no lo olvidaré. Es cierto cuando dicen que "una mirada lo dice todo", si pues qué pena que no puedas descifrar lo que dicen mis ojos cuando te veo. Momentos en los que me sonreías y yo caía en tu odiosa, pero dulce trampa. Hay muchas cosas que me gusta de ti, y en realidad... nada odio de ti. Excepto tu ignorancia, parece que vas caminando con los ojos cerrados y los oídos taponados.
Pero, te quiero de todas formas, eh...
¡¡Te quiero!!