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domingo, 26 de junio de 2011

Shinoflow. ~E.


Tantos años, tenía que vivir estaba escrito en su destino.
Cosas que siempre ocurren a la gente pero a ti no
y nunca importan demasiado hasta que ocurren,
los problemas de los demás serán temas que te aburren.
Que escurren, esa última gota que se agota con las horas
esa mota en la mirada que te entra cuando lloras
porque añoras, no valoras lo que tienes
hasta que lo pierdes y no vuelve, ya me entiendes.
por eso dime ahora que me tienes, que me quieres,
le dijo la madre al hijo en un abrazo de romperse,
si fueran de cristal en mil pedazos pequeñitos.
Tantos años. Tenía que vivir, estaba escrito.
Pero padre, cansado del amor de una mujer ama de casa y sin vestidos
se olvidó de aquellos ojos y momentos compartidos,
asqueado de aquellos niños, y los gritos de rutina derretido por el ruido del pesado conformismo,
si, buscó su sitio entre fracaso y alcoholismo entre sí mismo y pesimismo
y mil movidas estando en paro, barcos... buscaban ese puerto,
pero ya muerto estaba el faro.
Como esa luna que, sobrevive al día en esta aldea,
que pasea presumida para que algún chalado la vea
fuera de su sitio así es como se sentía ella,
sin su fondo azul marino y sin el brillo de su estrella...
Aquella tarde, se acostó antes que de costumbre,
no escuchó el teléfono ni el timbre
soñaba con ser libre y con tener un corazón para que le roben,
soñaba que no crecía y para siempre sería joven.
cincuenta y pico inviernos, llenos de hojas secas...
y sus veinticinco pecas resumidas en un sueño si...del que nunca despertará,
por mas gallos que cantaran la tristeza le abrazaba.
Y el hijo que lloraba como tú si me pasara
Antonio o Sara, culpables de que yo este vivo y de que escriba lo que escribo
de que siempre yo les quiera, como siempre yo he querido.
como siempre yo he querido, como siempre yo he querido.
como siempre yo he querido, como siempre yo he querido.
como siempre yo he querido, como siempre yo he querido.