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domingo, 25 de septiembre de 2011

Una vez más, me envolví en una capa de oxígeno en la que solo me veía yo.
No soportamos las rutinas, pero tememos a los cambios.
Querido diario, hoy experimenté un cambio a mi vida.
Lo que un día fue costumbres de la vida, hoy cambió.
De la nada aparecieron en mi vida, personas que, un día, creí que no serían nada para mí.
Que curioso que la persona que más te saca sonrisas suele ser la menos esperada.
Querido diario, hasta aquí acaba mi conclusión de hoy: esperar de todo en la vida, no se puede.