-No tengas miedo-le dijo Stefani a Elvira.
Elvira sonrió. Le encantaba Stefani. Le parecía, además de atractiva, una chica encantadora y charlatana. Confiaba en ella, sabía que era leal, sabía que podía contar con su discreción en todo. No iba a tener miedo, no tenía por qué. Aquel día le había comentado:
-No nos vamos a enemistar, Elvira... no entiendo por qué temes de que nos vayamos a separar.
Ella se fiaba de Stefani, su problema era que le había caído muy bien, a simple vista, la nueva chica incorporada al grupo, llamada Gwendoline, Elvira no pensaba lo mismo a quien no le dio buena impresión.
Pero, todo aquello se desvaneció, poco a poco, como el humo del fuego. Se había alejado, su peor pesadilla se había cumplido.
Ella la había insultado, mientras que Elvira se limitaba a llorar, ella despotricaba delante de todos, humillándola, haciéndole creer que no era nadie en esta vida. Además de que se había separado, la ponía verde, roja, amarilla y de todos los colores cuando Elvira no estaba con ella. Había cambiado, había sufrido una fuerte metamorfosis...
"Nada volverá a ser como antes"-Pensó Elvira, y así fue, nada volvió a ser como antes, nadie tocaba aquel tema, nadie sabía nada, nadie opinaba de nada. Como si nunca hubiera pasado, como si la amistad entre ellas no hubiera existido.
Y así se limitaba a pasear, bajo los altos árboles que habían en aquel bosque tan frondoso.